viernes, 28 de marzo de 2014

De la madre de las ciudades y la cambiante sociedad de intercambio.


Tras una larga y evidente ausencia en la que he dejado este viejo medio de expresión, (y por viejo me refiero a que ya es temporalmente distante la última entrada que había publicado), he decidido volver.

La forma en que ha transcurrido la vida desde entonces ha sido muy diversa, he tenido la oportunidad de seguir viviendo en el DF y actualmente un semestre de intercambio en Praga, razón por la cual, al verme en un momento de ocio (lujo que no debería permitirme en tal lugar), he decidido volver a este pasatiempo.

Praga es una ciudad que ha ganado su fama por la excelente preservación de sus edificios clásicos y por el bien merecido nombre de la ciudad de las cien torres. Caminar por la ciudad es sin duda un excelente forma de vivirla y conocerla, el Moldava nunca niega al transeúnte un buen momento para simplemente pensar o ver la ciudad que se posa en su cauce.

Tras varias semanas, no he de negar que le he tomado cierto cariño a la ciudad; sin embargo, he de agregar que al ser una estancia de solo 6 meses, uno no deja de pensar en que tarde o temprano habrá que volver al punto de origen, no es que esta idea no me agrade, hay demasiadas razones para volver, pero es poco tiempo para conocer a fondo el estilo de vida de otra cultura. 

De igual manera, es triste pensar que todas esas nuevas personas que se conocen durante estos días, habrán de partir también, que el contacto en persona, salvo casos particulares, está sometido a la voluntad del calendario. Es curioso, por otro lado, que esto sea lo que ofrezca también un mayor valor a ese breve pero irrepetible contacto; de la misma manera que los Dioses del Olimpo envidiaban al humano por el privilegio que representa la muerte (al agregar esto un valor incalculable a cada momento), el término del semestre aumenta el aprecio por cada hora que transcurre.

Estos dos meses, llevan, claro está, toda una historia compleja, pero habrá de ser descrita después, ya que hoy debo descansar.