domingo, 28 de agosto de 2011

2001: A Space Odyssey




Después de una larga ausencia de este espacio de expresión, vuelvo y confío en colocar nuevos posts frecuentemente.

El día de hoy quiero plantear mi fascinación ante una de las obras maestras del director Stanley Kubrick: "2001: A Space Odyssey". Otras películas famosas de este genio del séptimo arte son "La Naranja Mecánica", "El Resplandor" y "Full Metal Jacket", entre otras.

Si bien la película puede resultar algo confusa (como me han comentado la mayoría de los que han tenido la oportunidad de verla, incluyéndome), en realidad representa una de las mayores expresiones de la ciencia ficción.

El inicio del filme nos muestra, de manera bastante subjetiva, lo que podemos referir como el nacimiento de la inteligencia en la Tierra; esto ocurre cuando un grupo de simios descubre un monolito en las afueras de su cueva y una vez que éste hace contacto con la luz solar, la capacidad del pensamiento surge casi como por arte de magia.

Lamentablemente, el buen uso de la inteligencia es efímero desde sus inicios, al ser utilizada como una forma de represión contra un clan enemigo al de las criaturas protagonistas. Pero en parte es también, el detonante para los avances de la evolución y la ciencia.

Años mas tarde y una vez iniciada la carrera espacial en los países potencia, se descubre una extraña conducta magnética en la superficie lunar, causando gran revuelo entre los científicos y a la vez, guardando el secreto para la población en general. Para sorpresa de todos, encuentran un monolito nuevamente (diferente al de la Tierra claro) y al recibir los rayos del astro rey, envía una señal a Júpiter, lo que provoca incertidumbre entre los conocedores de la misión.

Esta sección termina ahí y se adelanta la historia otros años más, mostrando la nave que tiene como misión llegar a Júpiter y explicar porque la señal ha llegado hasta aquel punto. La computadora HAL9000 entra en escena como un superordenador capaz de dirigir el funcionamiento de la nave por sí solo. Sin embargo, HAL (como es llamado por los tripulantes), comienza a presentar errores en su funcionalidad, causando la muerte de sus dependientes, excepto uno (cabe mencionar que HAL aparece en uno de los capítulos de los Simpson como un sistema que e apodera del control de la casa). Dave, el sobreviviente, logra desconectarlo y entonces observa la razón de su viaje, ha encontrado otro monolito, en este caso gigantesco, donde inicia un viaje a velocidades supersónicas a otros mundos, hasta llegar a una habitación donde envejece.

El final de la película muestra un feto en la órbita terrestre, lo cual deja más dudas que cualquier segmento de toda la trama.

Lo impresionante en esta producción es la gran cantidad de efectos que resalta Kubrick, desafiando al cine de su época, desde las escenas espaciales hasta el grupo de monos. Curiosamente, el premio de la academia a mejores efectos no lo recibió esta cinta, pues se pensaba que los simios eran reales.

Además, la precisión científica es increíble, ya que a pesar de que no se sabía demasiado sobre las condiciones espaciales, Stanley reflejó la realidad lo mejor posible, como el silencio en las zonas fuera de la nave, la rotación, el uso de centrífuga para la caminata dentro de la nave, etc.

Y por si esto pareciera poco, está ambientada con música de Richard y Johann Strauss. Ciencia ficción mezclada con música clásica, resulta poco más que sublime. Probablemente, la pieza usada en "Así hablaba Zaratustra", es conocida por la aportación de esta cinta.

Es por eso que esta película trasciende en la herencia histórica y cultural de la humanidad como se declaró en 1991 en E.U.A.

Si alguien aun no la ve, esta es una perfecta recomendación de lo que ofrece el buen cine.